Por: Daniel Guerrero
Alejandro Machacuay, profesor de cine de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura (UDEP), nos da sus impresiones sobre su reciente participación en el Festival de Cine de Lima
El catedrático resaltó la manera en que este Festival ha ido mejorando con el pasar de los años, al punto de convertirse en uno de los mejores de Latinoamérica
¿Es la primera vez que usted asiste al Festival de Cine de Lima?
No, vengo asistiendo a este Festival desde la séptima versión, incluso cuando aún no era considerado un Festival, sino un Encuentro Latinoamericano de Cine. Notoriamente ha mejorado, pues ahora es considerado uno de los mejores Festivales de Latinoamérica, y esto no lo digo yo, sino los mismos directores que vienen a Perú a participar con sus películas.
¿Cuánto ayudan festivales como este a la mejora del cine peruano?
Le da competitividad, pues significa un esfuerzo adicional para los directores peruanos que buscan ganar a películas de otros países. Ayuda a medir y comparar cómo está nuestro cine con respecto al cine argentino, chileno, europeo, etc. Y no sólo ayuda al cine peruano, sino también al Latino, pues la llegada de europeos y norteamericanos a Lima ratifica que allá admiran y premian el cine sudamericano.
Hablando sobre la quinceava edición de este Festival, en su opinión ¿cuáles fueron las mejores películas?
Las mejores que pude ver fueron “Las Acacias”, “Sin retorno” y “Por tu culpa”. Esta última, que ganó el premio de la prensa, tiene un estilo especial que se viene dando desde hace algún tiempo en algunas películas. Es un drama simple pero a la vez impactante, con pocos actores, en un ambiente familiar extraño que conecta rápidamente con el público.
¿Y las mejores peruanas?
Sólo pude ver dos de ellas, “El Coliseo” y “El Inca, la Boba y el Hijo del Ladrón”. En los créditos finales de esta última película, aparecen los nombre de dos egresados de la UDEP y el nombre del profesor Juan Carlos More, quienes colaboraron con la producción de la cinta. Sin embargo, esta me pareció muy convencional, y si bien resalta la realidad que se vive en las zonas pobre del Perú, no dejó de parecerme oscuro. Por otro lado, “El Coliseo”, sin llegar a ser una buena película, es más agradable y gustó mucho más al público por el mensaje positivo que contiene y porque logra conectar con el espectador.
Durante el festival se habló mucho sobre el reto que significa hacer cine en Latinoamérica, ¿usted opina que verdaderamente es un reto?
Definitivamente sí, es un reto muy grande. Un ejemplo de ello fue el rodaje de la película “El Inca, la Boba y el Hijo del Ladrón”, que duró más de cuatro años por el poco capital que tenía los productores para realizarla. Esto dista mucho de las películas que se realizan en Europa o Estados Unidos, cuyos rodajes a lo mucho duran un año. Hacer cine en Latinoamérica no es nada fácil, debes tener mucha pasión fe en tu trabajo.
¿Qué le diría a las personas que quieren hacer cine pero tiene tantos impedimentos?
Un ejemplo de que hacer cine con bajo presupuesto es posible se viene dando con el llamado “Cine Andino”, que se está practicando en la sierra (Arequipa, Ayacucho, Cuzco, etc.), donde los cineastas que hacen sus películas, las editan y las desarrollan con muy poco apoyo. Son personas que hacen cine pese a las limitaciones que tienen, son gente que se sumerge en proyectos cinematográficos a sabiendas de que estos serán pesados y de largo proceso. Eso hay que admirar, felicitar e imitar.
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